Una Casa, un Hogar, un Colegio...
Residencia Marista – Instituto San José Obrero
Un mismo sueño por alcanzar
“El Internado nace con el Instituto Agrotécnico allá por el año 1967, ya que uno de los objetivos de su fundación era poder dar educación agropecuaria tanto a alumnos de la localidad de Darregueira, como a los de las zonas vecinas insertas en la vida rural.
Son muchos los ex alumnos que hoy se sienten parte de la historia recorrida en estos cincuenta años de vida del Agro, donde pasaron su adolescencia llena de momentos de estudio, juegos, campamentos, celebraciones propias del Instituto y de contacto directo con el campo y la ganadería, donde a la vez que se capacitaban aprendieron a amar y sentir la Familia Marista. Con un “te acordás cuando…” , surgen un sin fin de anécdotas graciosas y de las otras, como para coleccionar, que se van repitiendo cada vez que se encuentran y reviven con esa alegría que se trasluce en sus rostros.
Una parada por el Agro es obligada para quienes, viviendo hoy a cierta distancia, pasan casualmente por Darregueira. Recorriendo sus galerías, aulas, salas de juegos y otras dependencias, se convierten en expertos “guías turísticos” de su familia si los acompañan contando sus vivencias y cambios operados en las instalaciones a lo largo de tiempo como queriendo hacerles partícipes de ello.
En esta recorrida, hay dos lugares que ameritan detenerse: uno es el dormitorio, lugar cuasi sagrado y el otro, ante el cuadro de egresados ubicado en la galería de los comedores, que como un espejo, al mismo tiempo que les recuerda sus compañeros, les vuelve a la realidad y les recuerda con un poco de sorpresa y melancolía, que el tiempo no ha pasado en vano. […]
El compartir tiempos y lugares todos juntos, hace que se conozcan más, favoreciendo la integración. La distinción entre mayores y menores es meramente cronológica. Son muchos los momentos y situaciones diarias donde se ve la ayuda y contención de los mayores hacia los más chicos, que junto a la atención permanente de directivos y responsables del internado, el contacto casi diario con los padres de los internos que así lo necesiten, hacen que el número que abandona la Institución a lo largo del año, sea muy bajo.
Tratamos de vivir en clima de familia donde los valores maristas se vayan impregnando día a día en todos sus integrantes, donde cada uno se sienta querido, valorado y respetado.
La invitación está hecha. Hay lugar para quienes quieran compartir este sueño con nosotros en el Agro.”
Hno. Celestino Lozano Montes
Carta de despedida elaborada por alumnos de la promo "La Gloriosa" 2019.
El ex-alumno Santiago Montangie nos cuenta su experiencia y su sentimiento por el Agro
"Hola, mi nombre es Santiago Montangie, nacido y oriundo de Villa Iris. Soy, además, exalumno del Instituto San José Obrero. Quería contarles un poco de qué se trata esto de ser alumno y, sobre todo, ser residente en el Agro. Desde que comienza el día, hasta que te vas a dormir, vas a tener actividades de lo más variadas, enfocadas en cada aspecto que conlleva la formación no sólo de técnicos agropecuarios, sino de personas humanas que valoran el compañerismo, la solidaridad y sobre todo la humildad, la sencillez y la modestia.
A lo largo de los años -dentro de esta familia que representa el Agro-, se forjan una serie de vínculos y amistades, con compañeros, docentes y tutores, que nos dan la tranquilidad de que siempre va ha haber alguien para escucharte y para acompañarte cuando lo necesites. Sentís el acompañamiento no sólo en las malas, sino también desde el apoyo que se brinda respecto a la innovación, en el aporte de propuestas y tomando sugerencias siempre con la intención de mejorar juntos la experiencia que representa ser alumno del Agro.
Creo firmemente que estudiar en este colegio es una experiencia integral, la cual recomiendo hoy y siempre, por eso quiero invitarte a compartir con nosotros este camino que estás a punto de empezar. Principalmente que nos dejes ser parte de tu vida a través de su propuesta tanto académica como vivencial, porque en el Agro, las puertas están siempre abiertas."
Otros testimonios donde se ve reflejado el Legado Familiar.
En esta oportunidad la familia Lanza nos comparte su experiencia en el Agro Marista de Darregueira
Un Legado Familiar: Un pupilo, un residente, para el caso es lo mismo... la opción es y será el Agro Marista.
Vivir en el agro… una experiencia compartida con sentir de familia
Cuando suena el timbre que anuncia la salida, entre cierres de mochilas y abrigos, empiezan a perfilarse los proyectos que vendrán durante las horas que quedan de la tarde…
Tal vez llegar a casa y descansar un rato, tomar unos mates, jugar alguna partida o navegar en el celu y, por qué no, pasar el rato con los hermanos. Más tarde podrán llegar las actividades extraescolares, fútbol, básquet, tal vez guitarra o inglés, juntarnos con amigos, buscar lo necesario para el próximo día de clases.
Así se va llenando de color cada tarde, hasta el momento de asearse, realizar tareas o estudiar, prepararse para cenar y descansar…
Este itinerario, que tranquilamente puede repetirse una y otra vez en los distintos hogares, también se vivencia en el Agro. Porque además de ser un lugar de aprendizaje y estudio, el Agro, de lunes a viernes, se convierte literalmente, en la casa de aquellos alumnos que por distintos motivos residen en el colegio.
Inspirados en el sueño de Marcelino Champagnat, desde 1967 compartimos una misión basada en el espíritu de familia, la premisa del cuidado, la contención y el acompañamiento fraterno.
Luego de los años de pandemia y el regreso cuidado, durante el 2022 finalmente pudieron ponerse en marcha nuevas propuestas para toda la comunidad educativa como la de Colegio Abierto, dos horas para compartir la tarde con amigos y disfrutar de las diferentes opciones que brindan las instalaciones y servicios del colegio: cancha de pádel, básquet, fútbol, computadoras con conexión a internet y juegos en red, metegol, pool, juegos de mesa, encuentros de ajedrez, club de letras, biblioteca abierta y espacio disponible para realizar tareas en grupo, recibir tutoría docente y apoyo escolar… todo esto en un lugar único y siempre acompañados por un equipo de preceptores y/o tutores.
Luego del horario disponible para que los alumnos residentes dispongan de tiempo libre de salida y la propuesta de Colegio Abierto; llega la merienda y más tarde la hora de estudio. En este tiempo, aquellos alumnos que residen en el colegio, disponen de manera exclusiva de los recursos de estudio (biblioteca, computadoras, etc.) y cuentan con el equipo de acompañamiento de trayectorias escolares conformado por preceptores, profesores de apoyo y tutores en diferentes disciplinas.
Cae la noche y, como en casa, la reunión es en el comedor, agradecer el alimento y las manos dedicadas de quienes con tanto esmero realizan las preparaciones; disfrutar de la cena, un rato de juegos y a descansar.
Así, la cocina, el comedor, la biblioteca, el patio, el dormitorio… Esos mismos espacios que compartimos en casa, en el Agro se llenan de vida de lunes a viernes, cuando las risas, las charlas, algún que otro desacuerdo, el alboroto y tanto más de los chicos y las chicas del colegio, impregnan lo cotidiano con sabor a vida en familia.
Si bien el horario escolar en que culmina un residente y un externo, es entre las 16 o 18 hs, ambos suelen permanecer en el colegio compartiendo diversas actividades que pintan al Agro como un “Colegio vivo y de puertas abiertas”.
En primera persona...
los residentes del Agro nos cuentan.