Historia del Instituto Agrotécnico San José Obrero
El colegio Agrotécnico San José Obrero pertenece al Instituto de Enseñanza General, dependiente de la Congregación de los Hermanos Maristas, y como tal es una institución de la Iglesia Católica, que reconoce en Marcelino Champagnat el inspirador de su carisma y de su misión: la atención de los niños, adolescentes y jóvenes, especialmente, los menos favorecidos, al modo como lo hicieron los padres de Jesús con él mismo y con sus vecinos.
El “Agrotécnico”, como se lo conoce en la localidad de Darregueira, tiene 48 años de existencia, nace de la preocupación de un sacerdote redentorista –Padre José Niehaus- y de un grupo de hombres que desean hacer algo por la comunidad. Esta noble inquietud es compartida con la Congregación Marista y asumida por ella desde sus inicios, en el año 1967. El Hermano Teófilo Sonosiain cuenta en los anales de la Institución “…En 1960, el Padre José Enrique Niehaus, redentorista, cura párroco de Darregueira, proyectaba elevar la cultura de la juventud del pueblo mediante la creación de un centro de Enseñanza Media con internado para los hijos de los agricultores alejados del centro urbano. Con ese objetivo fundó el Centro Cultural Religioso San José Obrero. En 1962 con el apoyo de dicho centro y ayudado por “Misereor” (Obra de ayuda social alemana) adquirió un terreno de 10.700 metros cuadrados a tres cuadras del centro de la ciudad con destino al futuro colegio.
En noviembre de 1966 la Provincia Marista de Luján aceptó el ofrecimiento de dirigir el colegio de parte de los Padres Redentoristas y se comprometió a asumir la dirección del mismo a partir del año siguiente. En noviembre de 1966 se erigió canónicamente la nueva fundación.
El 13 de marzo de 1967 dio comienzo el año lectivo con un Primer Año del Ciclo de “Expertos en Mecánica Agrícola” con 42 alumnos inscriptos. El primero de mayo del mismo año, día de San José Obrero y fiesta patronal del colegio tuvo lugar la inauguración oficial del mismo y la bendición de las instalaciones. En 1968 se inauguró la capilla de los Hermanos y a fin de año se encuentran muy adelantadas las obras del frente del colegio y la construcción del dormitorio para pupilos.
El 30 de agosto de 1969 se inaugura el nuevo pabellón que consta de planta baja, entrada principal, hall con escalinatas al primer piso, dirección, secretaría, sala de espera, sala de profesores, sanitarios, comedor para la comunidad y dos comedores para alumnos, con cocina y anexos. En la planta alta hay dos dormitorios con 46 camas cada uno, con todas las comodidades: sanitarios, lavabos, duchas, cuatro habitaciones privadas para celadores y una enfermería. Además, se construyeron aulas, biblioteca, gabinete de física – química y sala de juegos para los internos.”
Nuestra escuela tiene como precepto básico la formación integral de los estudiantes teniendo como base la educación agraria. Esta atención prioritaria busca hacer de sus alumnos personas virtuosas, con proyectos de vida dignos y realizables, y ciudadanos responsables del bien común con compromiso de servicio y de inserción en sus comunidades de origen ya sea laboralmente o como personas activas socialmente. Asimismo, con una visión donde se entiende que las posibilidades que tengan los jóvenes dependen en parte de las condiciones sociales y económicas que les dejen los adultos. Siendo uno de los pilares básicos en la educación a lo largo del tiempo de los alumnos, la formación de personas probas con espíritu de autonomía y responsabilidad en condiciones ya sea de trabajo o de estudio, donde se adquieren capacidades en situaciones reales de trabajo.
En sus casi cincuenta años, esta Institución ha formado a referentes comerciales, religiosos, sociales y políticos de una amplia región. Para ello fue importante desde sus inicios la Residencia de pupilos, núcleo central desde la fundación. Desde sus inicios, fue pensada para la amplia población rural que existía en esas épocas, pensando en una oferta agraria de calidad, que educara no solo en áreas correspondientes con el intelecto sino también con la formación integral de la persona. Estos preceptos básicos existentes desde la fundación son transpolables a la actualidad, donde la población rural ha decrecido drásticamente en el tiempo pero esa oferta integral sigue siendo modelo en la región.